A la hora de elegir las sillas para minusválidos, los modelos eléctricos son los más populares en la actualidad. A diferencia de las sillas tradicionales, incorporan motor. Por lo tanto, previenen diversos problemas de espalda ya que los usuarios no deben hacer el más mínimo esfuerzo para propulsarse. Estas sillas están específicamente diseñadas para aquellas personas con movilidad reducida que no pueden propulsarse por ellas mismas, o que simplemente quieren recorrer grandes distancias sin cansarse.
Las 5 ventajas de las sillas para minusválidos
- Autonomía: una de las principales ventajas de las sillas para minusválidos eléctricas es que ofrecen una mayor autonomía de movimiento que las tradicionales. Son perfectas para recorrer grandes distancias en ciudades como Madrid o Barcelona. Los usuarios no tienen que hacer esfuerzo para impulsarse con los brazos, de forma que el desplazamiento es mucho más cómodo.
- Superficies: además de permitir recorrer mayores distancias, estas sillas se pueden utilizar en todo tipo de superficies. En el mercado hay disponibles un amplio abanico de neumáticos. Los mejores son los de tracción trasera, que proporcionan una mayor estabilidad en espacios tanto interiores como exteriores.
- Facilidad de uso: las sillas de ruedas eléctricas son muy sencillas de utilizar. Por lo tanto, los usuarios se adaptan a ellas en tiempo récord, sin ningún tipo de dificultad.
- Reclinación: una de las características más destacadas de estas sillas es que son reclinables. Por lo tanto, son muy cómodas para que los usuarios encuentren de forma sencilla la postura que mejor se adapta a ellos.
- Carga: las sillas de ruedas eléctricas necesitan batería para funcionar. Al contrario de lo que puede parecer, esto no supone ningún problema. Y es que se pueden recargar mientras los usuarios duermen.
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